María habló, rezo, nos conmovió, nos emocionó, y sobre todo pregonó desde lo más sincero de su corazón nuestra Semana Santa. Gracias María por abrir las puertas de nuestra Semana Grande, porque sin duda nuestra elección como pregonera ha cumplido con sobradas creces su cometido.
Felicidades por tu pregón, hermana costalera, gracias por tus palabras y por compartirlo con tod@s.